|
Director |
Alejandro González Iñárritu |
|
Productores |
Alejandro González Iñarritu Marrha Sosa Elizondo |
|
Guion |
Guillermo Arriaga |
|
Productoras |
Altavista Films Zeta Films |
|
Distribución |
Nu Vision Lionsgate Entertainment |
|
Disponible |
Netflix blim |
|
Año |
2000 |
|
Reparto |
Emilio Echevarría (Babel) Gael García (Mozart in the Jungle) Goya Toledo (Marsella) Álvaro Guerrero (Mission) Vanessa Bauche (Guerra de Vecinos) |
Tres historias de amor conectadas por
un choque de autos: un amor adolescente que lucha por conseguir algo que tal
vez nunca llegue; un amor de amantes donde los errores pueden costar muy caro;
y el amor de un padre arrepentido.
Alejandro González Inárritu presenta una película que muestra como
el amor puede complicar la vida y que, como espectador, no podrás dejar de ver,
lo cual se debe en parte a las actuaciones, en parte al guion y a como se
representa el amor a través de los perros que aparecen a lo largo del filme.
La primera historia es un
reflejo de que si el amor no es
correspondido solo provoca desastre. Dicho esto, no es de extrañar que Cofi, el perro de Octavio (Gael García), sea un animal que es usado para ganar dinero
y esto además provoque diferencias con su hermano. Cosas como esas complicarán
aún más el escabroso triángulo amoroso que hay entre ellos dos y Susana (Vanessa Bauche).
La segunda nos presenta la
historia de Daniel (Álvaro Guerrero) quien deja a su familia
para estar con su amante, Valeria (Goya Toledo), quien es una modelo
hermosa y con una gran carrera en ascenso, pero si no se tiene cuidado el amor puede caer y salir lastimado, y no
hay arreglo para ello, así como el piso de madera.
Y la tercera -mi favorita
personal- cuenta como un pepenador “El
Chivo” (Emilio Echevarría), cuyo
pasado lo convierte en un hombre peligroso, es contratado para asesinar a un
hombre de negocios, pero por casualidades del destino se encuentra con Cofi, y este termina causándole un
terrible dolor siendo eso justamente la motivación que necesitaba para salir de
su miseria.
Esas historias plasmadas por Guillermo Arriaga y que son puestas en movimiento
por Inárritu, probando que el
trabajo de ambos se complementó bastante bien, uno de los ejemplos de esto es
el cartel de Valeria en el que
podemos ver ALERTA DE SPOILER sombrea la parte en blanco cual será
la pierna que perderá después de su accidente, ya sea cuando se tropieza en el
piso o como cuando se bloquea discretamente un parte del cartel. Son detalles
como esos los que hacen que la película atrape al espectador.
No puedo negar que las actuaciones hacen que la cinta parezca
creíble, pues cada uno reacciona como se esperaría dependiendo de la
situación, comportamientos predecibles pero solo son vistos así después de que
se vio la película y no durante -aunque no dudo que haya más de uno que hubiera
anunciado lo que pasaría durante la película-.
Un punto que me gustó mucho, y
creo que fue el eje central de la película, fue la forma en la que el amor, o mejor dicho la pasión, hace que todo
se complique en las tres historias, ya que en todas la pasión provoca la
venganza, la desconfianza, la amargura y en el peor de los casos la muerte, es
solo cuando ve que ese camino no es el correcto y que a pesar de que la
situación parezca difícil hay que afrontarla.
Siendo “El Chivo” el único que entendió eso, e incluso uso eso a su favor
para salir de la basura donde estaba, pues la pasión la llevo ahí, y sabe que si
sigue así las cosas solo podrán empeorar en algún momento, por ello decide seguir
adelante -claro que unos cuantos billetes pueden ayudar bastante-.
Finalmente está película, a
pesar de tener más de 20 años, sigue
siendo una buena película que tiene romance y suspenso
que la hacen una muy buena opción a pesar de su duración, no hace falta
mencionar que no es apta para niños y quizá no sea una buena opción para ver
con tu pareja por la forma en la que maneja el amor, pero de que vale la pena, vale
la pena.
VER TRÁILER
No hay comentarios.:
Publicar un comentario